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¿Cómo lidiar con el estigma de la enfermedad mental?



Desafortunadamente, las enfermedades mentales aún son consideradas por algunas personas como una mácula, aunque cualquiera puede verse afectado (lo que la mayoría de la gente no parece considerar). Para muchas personas con un diagnóstico psiquiátrico, por lo tanto, surge la siguiente pregunta "¿A quién se lo digo y cuándo?" En cualquier caso, debes ser franco con los familiares y amigos más cercanos, porque esto explica tu comportamiento a veces "extraño"; Su entorno cercano puede ayudarlo a reconocer los síntomas precoces de recaída y ayudarlo a tomar las medidas necesarias que pueden prevenir la hospitalización, siempre que viva en relaciones razonablemente armoniosas. De lo contrario, es importante ser cauteloso cuando se trata de amigos y conocidos. Contar una verdad incómoda a veces nos permite distinguir a los buenos amigos de los no tan buenos, por lo que debemos esperar considerar ciertas pérdidas. También se debe tener cuidado en el lugar de trabajo: Desafortunadamente, algunos colegas solo están esperando una oportunidad y una ocasión para destacarse aún a expensas de un colega enfermo. Por otro lado, puede ser beneficioso enseñarle a su empleador, especialmente si tiene un certificado de su médico tratante, aunque no necesita decirle su diagnóstico exacto. Desde luego solicite que esta información se mantenga como una información confidencial. Pero aquí también, usted debe decidir de acuerdo a su instinto. Si ya está jubilado o si es un profesional independiente y no teme perder su trabajo, lo alentamos a ser abierto acerca de su enfermedad. A la larga, solo nos desharemos del estigma si le demostramos lo "normal" que puede usted puede funcionar a pesar de la desventaja que nos impone la enfermedad. Nosotros (los autores) siempre hemos tenido buenas experiencias con este enfoque. En la mayoría de los casos, cuando la conversación llega a este tema, escuchas: "Oh, sí, mi hermano / sobrina / amigo también tiene eso ..." Además del estigma público, sin embargo, el auto estigma también nos afecta. A veces nos auto devaluamos frente los interlocutores sociales no afectados por la enfermedad, cuando usamos estereotipos negativos sobre nosotros, por ejemplo, cuando afirmamos que tenemos una debilidad del carácter o no podemos desempeñar un determinado trabajo. Si estamos de acuerdo con la baja autoestima, nuestro propio proceso de estigma camina hacia la auto discriminación. Como consecuencia de esta postura, se puede ir tan lejos como dejar pasar de largo oportunidades reales cuando buscamos un trabajo o un lugar para vivir.

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