
" ¡No quiero que nadie lo sepa! " Esta actitud, que adoptan muchos pacientes y parientes, es comprensible y es una decisión personal que debe ser respetada.
Pero también considere los siguientes argumentos:
¡Hablar puede ser una ayuda mientras que el aislamiento y el silencio pueden ser deprimente! Si no quieres confiar en nadie de tu círculo de amigos y conocidos, podrías pensar en visitar un grupo de autoayuda o de apoyo para familiares. Allí conocerás a personas que tienen los mismos problemas.
Cualquiera que decida hablar abiertamente de la enfermedad aprovecha la oportunidad para abordar los prejuicios y así eliminarlos del mundo. Además, como familia, no tiene que absorber ninguna explicación absurda del comportamiento "extraño" de la persona afectada durante las fases agudas de la enfermedad.
Mientras tanto, muchos médicos, clínicas, alianzas y asociaciones se han propuesto eliminar el estigma que rodea a las enfermedades mentales.
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